sábado, 22 de agosto de 2015

Fátima en la piel de Enriquito Almirante

El joven actor Carlos Enrique Almirante comparte sus impresiones acerca del personaje principal que encarna en Fátima o el Parque de la Fraternidad, la más reciente entrega de Jorge Perugorría como director, que se exhibe en las salas de estreno del país


Siempre pensó en ser actor: «desde chiquitico», advierte el joven Carlos Enrique Almirante. Recuerda que en una de las tantas ocasiones en que acompañaba a un ensayo a su papá, el querido Enrique Almirante, premio nacional de Televisión; le propusieron que interpretara un papel en las aventuras El dragón mambí, y no se lo pensó dos veces.

«Fue un mundo que se abrió de casualidad ante mis ojos. Solo tenía 11 años y, desde entonces, me sumergí de lleno en esta profesión en la que he podido participar en más de 20 filmes, compartiendo varios protagónicos», recuerda.

Resume así la suerte de haber participado en numerosas películas criollas como Perfecto amor equivocado, de Gerardo Chijona; Lisanka, de Daniel Díaz Torres; Habana Eva, de Fina Torres; Ciudad en rojo, de Rebeca Chávez; Marina, de Kiki Álvarez; y junto a Fernando Pérez primero en Madrigal y recientemente en La pared de las palabras. Mientras con su naturalidad histriónica se nos colaba en la pequeña pantalla en aventuras como Enigma de un verano, la novela Al compás del son, como conductor en programas musicales o de participación al estilo de A moverse, y en los gustados programas Punto G, Tras la huella, o Jura decir la verdad.

Pero Carlos Enrique asegura que a lo largo de su carrera, fructífera a sus 32 años, ningún papel le ha dado «tanto trabajo» como el de Fátima. Aunque cuando lo dice, pareciera que la alegría que relumbra en sus ojos le desmiente: pues la faena de ponerle piel y alma a un personaje se convierte para él en un disfrute infinito que se le sale por los poros.

Jorge Perugorría, durante el rodaje, dirige a 
los actores Tomás Cao y Carlos Enrique Almirante.
Fátima o El Parque de la Fraternidad, dirigida por Jorge Perugorría e inspirada en el relato homónimo del escritor Miguel Barnet, llegó para darle un giro a su carrera al poner en sus manos el papel de Manolito, un muchacho que ha de convertirse en Fátima, la reina de un cabaré de travestis.

«Deseaba desde hacía rato hacer un personaje así, con todas las complejidades que trae consigo elaborar y apropiarse de un papel como este. Fue un mes en el que casi me vuelvo loco entre tantos ensayos, durmiendo con unos tacones al lado de la cama, y sobre todo aprendiendo de ese mundo, sus luces y sus sombras, compartiendo con ellos en el camerino, enfrentándome al público que frecuenta ese tipo de cabaré.

«A Fátima he tratado de construirla lo más mesuradamente posible, manteniendo a raya todos los “caballos” que tenemos por dentro los actores, y sobre todo me preocupé por diferenciar esas etapas que atraviesa Manolito, desde que era un jovencito hasta el momento en que se convierte en Fátima, lo cual resulta muy interesante desde el punto de vista actoral», explica.

No menos compleja fue la asimilación externa de este hombre que se traviste primero por las exigencias de su amante y luego por el placer de realizarse como artista.

La rutina preparatoria se traducía en «muchas horas de maquillaje y peluquería, para luego andar con este calor de La Habana con unas mallas puestas o una peluca larga suelta, además de tener que afeitarme hasta dos veces al día», exclama y se acaricia casi con alivio la barba. Entonces me responde a modo de moraleja: «Ahora entiendo de verdad a mi novia cuando me dice “me demoro una hora más”».

Actuar por siempre

El retorno de Perugorría al plató para recrear a un personaje tan similar al Diego de Fresa y Chocolate que lo catapultara a la fama internacional; resultó ser para Almirante un punto de apoyo.

«A Pichi le agradeceré siempre la confianza y la comunicación. Que él hubiera pasado por una experiencia parecida, 20 años atrás, me sirvió de referente y de alivio. No obstante, Diego y Fátima, son muy distintos entre sí, aunque hay momentos en que pueden guardar cierta similitud, sobre todo durante el período en que Manolito aún no es travesti pero asume su identidad sexual ante la sociedad que lo recrimina. Yo traté de hacer mi versión, como él hizo la suya», explica Almirante, quien se siente feliz de que su desempeño haya acaparado la atención de muchos, después de la presentación de la cinta durante el pasado XXXVI Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.

«No esperé que tuviera tanta acogida por el público, desde los más grandes hasta los más pequeños me saludan como Fátima en la calle, y eso que esta no es una película hecha precisamente para niños… Pero creo que se ha convertido en un personaje de todos», aclara con evidente complacencia.

Aunque declara que le hubiera gustado contar especialmente con un aplauso que presiente, silencioso: «Me hubiera encantado que mi papá hubiera podido ver este trabajo. Mi actuación se la dediqué a él. Verlo sentado en la sala de cine y saber sus impresiones hubiera sido maravilloso. Yo creo que si le hubiera tocado hacer este papel, él lo habría hecho igual», expresa sin ocultar la profunda admiración que su padre le inspira.

Aprovecho para conocer sobre sus próximos trabajos y esos otros proyectos con los que fantasea. El joven actor adelanta que se encuentra realizando el sueño de llevar a la pantalla grande las aventuras de Mario Conde, ese famoso investigador policial de las letras cubanas creado por Leonardo Padura.

«Yo interpreto a Manuel Palacios, el otro policía que trabaja directamente con el Conde, que precisamente interpreta Jorge Perugorría. Estoy superorgulloso de formar parte de ese elenco en el que comparto con muchísimos actores cubanos como Coralia Veloz y Néstor Jiménez, y que dirige el español Félix Vizcarret, quien ya ha ganado dos premios Goya».

Cuando termine con este proyecto, del cual saldrán una película y una miniserie de cuatro capítulos basados en la tetralogía formada por los libros Vientos de Cuaresma, Pasado perfecto, Máscaras y Paisaje de otoño, Almirante solo desea entregarse a nuevas experiencias en la escena.

Para él lo maravilloso de esta profesión radica en la posibilidad de vivir diferentes vidas: «Mira, —me dice—, durante dos meses fui travesti, tal vez mañana pueda ser un asesino en serie… ¿Quién sabe? Me faltan tantos personajes… Solo espero que los que vengan sean bien difíciles, como Fátima. Esos son los que me gustan».

Autor: Jaisy Izquierdo Fuente: http://www.juventudrebelde.cu/cultura/2015-08-22/fatima-en-la-piel-de-enriquito-almirante-/

martes, 18 de agosto de 2015

Fátima llega a los cines sin abandonar la noche

Fátima o El Parque de la Fra­ternidad, largometraje basado en el cuento homónimo de Mi­guel Barnet, será estrenado este jueves en todos los cines del país.

Encontrar nuevamente en la literatura cubana un personaje tan fascinante como el Diego de Se­nel Paz, fue lo que inspiró a Jorge Perugorría a dirigir Fátima o El Parque de la Fra­ternidad, largometraje basado en el cuento homónimo de Mi­guel Barnet que será estrenado mañana jueves en todos los cines del país.

El hecho de que Fátima no se rin­da nunca —confesó Perugorría en conferencia de prensa—, sino que se reinventa y sigue, motivada por sus sueños, enfrentándose a los problemas, fue la ra­zón por la cual hice esta película para Cuba.

Así llega entonces la historia de Ma­nuel García (Manolito) a la gran pan­talla. Su amor por Vaselina, la de­vo­ción por la Virgen de Fátima y la Virgen de la Caridad del Cobre, el travesti, la noche y el Parque de la Fra­ternidad.

Son entonces Carlos Enrique Al­mirante (Fá­tima) y Tomás Cao (Va­selina), los dos puntales en es­te fil­me. El primero, luego de una gran preparación física y psicológica —durante la cual se en­frentó al público del ca­baret Las Estrellas travestido como su personaje—, nos regala quizá la interpretación más madura de su ca­rrera, mientras que Cao vuelve a re­saltar por la organicidad y la naturalidad con que defiende cada personaje.

El reparto —de lujo—, está integrado por Mir­tha Ibarra, Brose­lian­da Hernández, Renecito de la Cruz, Néstor Jiménez, Mario Guerra, Jazz Vila, Patricio Wood y Cucu Dia­man­te, entre otros; actores que lograron dar vida al guion de Fidel Orta, y re­crear parte de un mundo tan complejo y a la vez tan rico en historias que merecen ser contadas.

Exhibida durante la 36 edición del Festival In­ternacional del Nuevo Cine Latinoamericano, la película hace galas de un trabajo estrecho en­tre la dirección de arte (Erick Grass) y la dirección de la película en general, así como de un buen trabajo con los actores y el estudio de todos los detalles desde el punto de vista de la fotografía (Ernesto Gra­nado). Antes de pasar al circuito de cines de todo el país, Fátima o El Parque de la Fraternidad tendrá su premier hoy a las 8:30 p.m. en el cine Cha­plin de la capital con la presencia del elenco y el equipo de trabajo del filme

Autor: Diana Ferreiro
Fuente:
http://www.granma.cu/cultura/2015-08-18/fatima-llega-a-los-cines-sin-abandonar-la-noche

Estrenarán filme “Fátima o el Parque de la Fraternidad” (+ Video)

La película Fátima o el Parque de la Fraternidad, basada en el cuento homónimo de Miguel Barnet, tendrá mañana su premier en Cuba, anunció hoy en conferencia de prensa su director Jorge Perugorría.

Considerado como uno de los rostros más conocidos del cine cubano, Perugorría afirmó que la idea de hacer la cinta nació al escuchar con un grupo de amigos la grabación del relato de Barnet.

El espíritu del personaje de Fátima y su capacidad para sobreponerse a los problemas fue lo que me motivó a rodar la película, aseguró el protagonista de filmes inolvidables como Fresa y Chocolate y Miel para Ochún.

La trama de la historia gira en torno a Manolito, un travesti de estirpe casi natural que pese a su sombría realidad no se rinde sino que se reinventa sin renunciar a sus aspiraciones.

A juicio de Perugorría, la actuación de Carlos Enrique Almirante como protagonista del largometraje lo muestra como un actor maduro que ha alcanzado alto nivel interpretativo.

Broselianda Hernández, Patricio Wood, Néstor Jiménez, René de la Cruz y Tomás Cao, entre otros, completan el reparto del filme.

Al hablar de su trabajo como cineasta, Perugorría comentó que Fátima o el Parque de la Fraternidad es fruto de sus experiencias como realizador, pues anteriormente dirigió los largometrajes Se vende y Amor crónico.

Además, destacó que sus vivencias en el cine con grandes del séptimo arte como Tomás Gutiérrez Alea, Juan Carlos Tabío y Fernando Pérez, lo han enriquecido para desempeñar su trabajo detrás de las cámaras.

sábado, 13 de diciembre de 2014

Dos filmes cubanos por Premio de la Popularidad

Vestido de novia, el drama cubano de Marilyn Solaya que narra la historia de la primera persona transexual cubana, marcha en la punta de las votaciones por el Premio de la Popularidad del XXXVI Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.

La cinta se sitúa en la Isla en el año 1994 y toma como motivo argumental el relato de amor entre Ernesto (Luis Alberto García) y Rosa Elena (Laura de la Uz) para proponer una reflexión sobre la violencia hacia la mujer, la intolerancia y la hipocresía.

En la segunda posición entre las cintas más votadas por los espectadores asistentes al XXXVI Festival del Nuevo Cine corresponde a Fátima o El parque de la Fraternidad, de Jorge Perugurría, ambientada en el universo de la homosexualidad en Cuba.

Relatos salvajes, drama argentino de Damián Szifron, está ubicada en la tercera posición en las calificaciones, cuyos resultados finales se darán a conocer el próximo domingo en la gala de clausura y premiación de la cita habanera, con sede en el cine Charles Chaplin.

Esta película de Szifron es considerada como una de las fuertes candidatas al Gran Premio Coral, luego de pasear con éxito de taquilla y público por más de una decena de festivales internacionales.

Ganador de varios lauros de la Academia Cinematográfica de Argentina, el filme ya obtuvo el Premio Glauber Rocha, que otorga la prensa extranjera acreditada en la cita habanera.

El Premio de la Popularidad tiene un gran valor para los cineastas asistentes al evento por las características sui generis del público cubano, que todos los años, en el mes de diciembre, colma las salas y pasa varias horas de colas para disfrutar de las películas.

Fuente: www.adelante.cu

jueves, 11 de diciembre de 2014

El regreso de Fátima

Por Adriana Zamora

Jorge Perugorría ha hecho un filme interesante a partir de un cuento de Miguel Barnet lleno de estereotipos.


Hace algunos años, cuando leí el cuento "Fátima o el Parque de la Fraternidad", de Miguel Barnet, no me entusiasmó demasiado. Consistía en un monólogo demasiado largo de una prostituta travesti en La Habana, estereotipada a más no poder, reiterativa y hasta afectada en ocasiones. Aunque no se puede acusar a Barnet de escribir mal, al cuento le sobraban páginas y a Fátima, la protagonista, le sobraba histeria.

Al ver en la cartelera del 36 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano que Jorge Perugorría presentaba una película basada en el cuento, me pregunté: "¿Qué habrá hecho Pichi con el texto? ¿Será su Fátima como la de Barnet o logrará sacarla del estereotipo?".

La proyección en el cine Chaplin estuvo precedida por unas palabras del director de la película, quien agradeció al ICAIC, al Festival y a todo el equipo de realización. Luego, Carlos Enrique Almirante, el protagonista, dedicó su actuación a su padre, el actor Enrique Almirante. Estas palabras conmovieron a un auditorio de colegas, pues fue escaso el público no acreditado que alcanzó a entrar en la sala.

Ver la película despejó mis dudas. El guión de Fidel Antonio Orta, la dirección de Perugorría y, sobre todo, la actuación de Carlos Enrique Almirante, entregaron al público cubano una Fátima más humana, cercana y hasta entrañable.

El texto de Fidel Antonio Orta no pudo prescindir de la narración en off de Fátima, ni de los soliloquios de esta frente a la foto del amante ausente. Era de esperar, dado que el cuento de Barnet tiene demasiadas divagaciones y convertirlas en acción dramática era una tarea titánica de la que Orta salió bastante bien parado, pese a todo.

La dirección de Perugorría apostó por la naturalidad y por la importancia de algunos detalles que dieron vida y veracidad a la obra. Detalles de caracterización, como el póster de Rosita Fornés en la pared de Fátima o las chancletas rojas con floripondio que usa para irse a bañar al aseo comunitario. Detalles de ambiente como el telón de fondo del bar de travestis La Potajera de Bejucal, hecho con pomos plásticos de litro y medio. Detalles que dicen más que los parlamentos, como cuando Manolito (Fátima) le anuncia a su amiga La Gorda que decidió dedicarse a la prostitución y mientras lo dice, tras el buró donde ella trabaja se lee un cartel de esos tan comunes en la propaganda revolucionaria: "Creemos en el futuro".

Las escenas de sexo son otro punto que llama la atención en el guión y la dirección de la película. Pudiera parecer que no las hay, pero sí. Lo que ocurre es que, besos apasionados aparte, las imágenes de sexo son sustituidas por escenas con gran carga de erotismo. ¿Qué podría ser más sexual que dos jóvenes semidesnudos cabalgando sobre el lomo de un mismo caballo? ¿O que dos hombres bailando a solas una rumba donde uno vacuna al otro?

Carlos Enrique Almirante en su caracterización de Fátima, siguió la misma línea de naturalidad planteada por el director. Es muy común en Cuba escuchar a la gente decir, refiriéndose a un travesti: "Quiere ser tan femenino que es más mujer que las mujeres". La Fátima de Almirante está alejada de esa línea que se asocia con el estereotipo del travesti, exagerado y hasta grotesco. Fátima no es un hombre imitando a una mujer, es una mujer que nació por error dentro del cuerpo de un hombre. Cuando habla por teléfono, cuando conversa con su amiga en el balcón, cuando se pone crema en la cara, la Fátima de Almirante es femenina, sin necesidad de estridencias. Sigue siendo devota, obsesionada con las monjas y los ángeles, admiradora de Lady Di, enamorada hasta la muerte de un hombre que la prostituye en su beneficio y aún fuera del país sigue explotándola. Sin embargo, la Fátima de Almirante y Perugorría es sensible donde la de Barnet podría ser sensiblera.

La película cuenta con otras interpretaciones de lujo: Broselianda Hernández es la madre de Manolito­-Fátima, una mujer amorosa y sencilla, abusada por su marido y defensora de su hijo. Es tan simple que, teniendo dinero para comer, solo sueña con carne de puerco y congrí. "¡Aceitunas!", dice extrañada. "Mousse de chocolate... ¿qué es eso?"

Néstor Jiménez, también está brillante en su papel del padre alcohólico, homofóbico y violento.

Tomás Cao interpreta a Vaselina, el amante y chulo que usa a Fátima y mantienen una relación apasionada y contradictoria.

Mirtha Ibarra es La Gorda, amiga de Fátima, que representa el mejunje que es la espiritualidad criolla. "Si nos vamos a quedar en este país hay que meterle a todo", declara.

Bien las amigas travestis de Fátima, interpretadas por Cucú Diamantes y Jazz Vila, personajes llenos de simpatía.

Pequeño, pero contundente, el personaje del camionero de Patricio Wood, una representación del prejuicioso hombre cubano que disfruta el cuerpo de Fátima, pero le aterra que alguien se pueda enterar de su "desliz". Un hombre que pasa de la frase "No hay miedo" a "Yo nunca había hecho esto" con una naturalidad que espanta.

En el caso del piloto interpretado por René de la Cruz Jr., nos enteramos de que es valenciano porque lo dice la voz en off, pues las "zetas" que le parecen tan simpáticas a Fátima el actor nunca las pronuncia.

No se pueden pasar por alto las situaciones que son, en esta película, una crítica implícita a la sociedad homofóbica que vivimos. Que un jefe tenga que "convencer" a sus empleados de que un profesional perfectamente calificado y homosexual tiene derecho a trabajar en una empresa, habla de la discriminación social. También está el padre, que pega a su hijo y le exige: "Baja la manito y coge la cuchara como un hombre". La frecuencia con que los travestis tienen que prostituirse para sobrevivir o mejorar su situación económica queda clara en la frase de Fátima: "Homosexual, travesti y jinetera... La Santísima Trinidad". Se deja ver también la impunidad de la policía para "cargar" a estas prostitutas para la estación, en una nombrada Operación Pluma.

Una crítica fuerte y dolorosa por su recurrencia en nuestra sociedad es la que atañe a la doble moral, representada por el personaje del camionero: Esos hombres que se presentan a sí mismos como "machos heterosexuales" y, al tener sexo con un homosexual, comienzan por justificarse diciendo que fue su primera vez, para terminar con amenazas tan fuertes como: "Cuidadito con conocerme por ahí si no quieres conocer el peso de mi camión".

Fátima o el Parque de la Fraternidad resulta una película interesante, que logra sacar partido favorable de un texto literario, de magníficos actores, de una banda sonora producida por Ernán López Nussa y de una visualidad presidida por una Habana en ruinas que sigue siendo hermosa a pesar de todo. Esta versión cinematográfica desempolvó un personaje y una historia que podía haberse quedado en aquel cuento demasiado largo, pero no fue así. De manera que puede decirse sin problemas: Bienvenida de regreso, Fátima.

Tomás Cao y su “Vaselina” contra todos los estereotipos

Lianet Leandro López| Foto: Eduardo Rodríguez (still de la película)  

Tomás Cao es uno de esos actores que, aunque no esté constantemente en las pantallas de cine o televisión, entrega siempre personajes sólidos, coherentes y orgánicos, como su “Vaselina” de Fátima o el parque de la Fraternidad, rol que apunta a un crecimiento en su carrera.

Complejo como la película en sí, el personaje podía fácilmente caer en el estereotipo, pero el artista lo llevó por un camino tan acertado que, por muy repulsiva que pareciera su participación en el destino del protagonista, el espectador encuentra en él las virtudes que enamoraron a Fátima.

Aunque en estos días del XXXVI Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, donde se estrenó el filme, Carlos Enrique Almirante se llevó la mayor parte de las felicitaciones por su actuación en la piel del travesti, pero el trabajo de Cao es digno de destacar, pues resulta esencial en el conflicto.

“Vaselina”, o Andrés Hidalgo, es un personaje tan contradictorio como el propio protagonista, ya que a la vez que representa el arquetipo del macho latino, fuerte, apuesto, divertido y conquistador, es un chulo homosexual que vive abiertamente con otro hombre.

Es, además, el responsable de la transición hacia lo que aquel siempre quiso ser, pero no solamente por amor o comprensión, también porque de ello, como su proxeneta, saca provecho económico.
A la pregunta sobre cómo llegó a la construcción de “Vaselina”, el actor confesó que en un primer momento se acercó al lugar común, pero la acertada dirección de Jorge Perugorría lo guió hacia la humanización del personaje, y consiguió formar parte de esa especial relación de pareja, y a la vez de amigos, entre Fátima y él.

Para él fue un rol transgresor en varios sentidos, pero su buena interacción con Almirante, dentro y fuera del plató, facilitó mucho el proceso, y personalmente está muy agradecido de esa experiencia, en la cual pudo compartir con otros grandes de la actuación cubana como Mirta Ibarra, Broselianda Hernández y Néstor Jiménez.

Tomás Cao ha participado en otras exitosas cintas como Habana Blues y La película de Ana.

lunes, 8 de diciembre de 2014

Fátima, o el parque de la Fraternidad y Vestido de novia

viernes, 5 de diciembre de 2014

Perugorría se consagró como director, dice Miguel Barnet

El actor Jorge Perugorría se consagró como director con la realización de Fátima o el parque de la Fraternidad, dijo Miguel Barnet, presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, luego del estreno hoy de esa película, basada en un cuento homónimo de su autoría.

Es una historia difícil, dramática, sobre vidas muy duras y rotas pero reales, y por eso se debe escribir sobre ellas, y creo que tanto Perugorría como el guionista Fidel Antonio Orta interpretaron exquisitamente el espíritu del relato, señaló a la prensa el autor a la salida del cine Yara, en esta capital.

El filme es una de las cintas cubanas en concurso en el XXXVI Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, y según comentó su director, es la más compleja que ha realizado en su carrera detrás de las cámaras.

Fátima o el parque de la Fraternidad narra la vida de un joven homosexual y travesti, quien se prostituye para ganarse la vida y además mantener económicamente al hombre al cual ama, y quien debe además enfrentar todas las complejidades derivadas de sus decisiones.

En las palabras del propio Barnet, quien obtuvo el Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo 2006 con el relato original, es también un canto por el respeto al otro, a los seres humanos, pues por muy difícil que sean sus circunstancias, todos tienen sentimientos puros.

Por su parte, la destacada actriz Mirta Ibarra, intérprete de Fresa y chocolate, Guantanamera, y otros relevantes filmes cubanos, elogió la actuación de Carlos Enrique Almirante en la piel de Fátima, y consideró que ese papel fue su consagración como actor de cine.

Luego de esta presentación en el Yara, el filme se exhibirá en otras salas del circuito del festival, que acontecerá hasta el próximo día 14.

La película Fátima o el Parque de la Fraternidad es el primer estreno cubano dentro de la cartelera del XXXVI Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano

Dirigida por el actor Jorge Perugorría, la película Fátima o el Parque de la Fraternidad será el primer estreno cubano dentro de la cartelera del XXXVI Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, que acontece en La Habana hasta el próximo día 14.

El cine Yara acogerá, en las tandas de las tres de la tarde y las 10 y media de la noche, la presentación del largometraje de 90 minutos, protagonizado por Carlos Enrique Almirante, Tomás Cao, Broselianda Hernández, Mirtha Ibarra y Néstor Jiménez, y basado en un cuento homónimo de Miguel Barnet.

Galardonado con el Premio Juan Rulfo en 2006, el relato llevado al celuloide narra la historia de un hombre que se trasviste y asume una identidad femenina, conflicto mediante el cual además se busca tocar temas sensibles como la aceptación, el respeto y la autorrealización.